Los sueños se cumplen

El pasado viernes 24 de marzo de 2017 se hizo historia en Bogotá. Por primera vez en 16 años de carrera la banda liderada por Julian Fernando Casablancas vino a Colombia, iniciando su gira del año (si, fuimos la primera fecha en todo el mundo).

Los que hemos ido más de una vez a un Estéreo o tenemos amigos que se la pasan allá metidos cada año que nos cuentan los pormenores; sabemos que en el festival siempre llueve y que hay que estar preparados para el frío y el barro. Éste año el barro no fue la excepción, pero la lluvia se detuvo mágicamente minutos después de abrir, fue cómo si la ciudad se preparara para hacer de éste un día memorable.

Antes de The Strokes, que se presentaría a las 12:15 del sábado siguiente en el escenario Tigo Music (principal), tuvimos bandas cómo Árbol de Ojos y Silversun Pickups que nos dejaron súper arriba, llenos de energía y con más ansias de ver a los ya no tan muchachos de New York.

Luego, cerca de las 10 de la noche, Flume nos llevó a otra galaxia, no hubo ni siquiera necesidad de meterle químicos al cuerpo para sentirnos transportados. Su puesta en escena, la conexión con nosotros, las sonrisas, todo fue espectacular con éste joven DJ, que cerró con su remix de You & Me originalmente de Disclosure (como dijo una amiga, tuvimos el placer de escuchar las 2 versiones de ésta hermosa canción en la misma ciudad en menos de un año) y ahí ya estábamos listos, ya sólo faltaba esperar una hora que se nos pasó en un pestañeo, especialmente por la emoción, no hubo cansancio que nos bajara la adrenalina. (Cabe anotar que por miedo a perder ese puesto privilegiado que teníamos no nos movimos y nos perdimos Two Door Cinema Club, valió totalmente la pena).

Ya eran las 12:15 am, la impaciencia se apoderó de varios de los que estábamos bien adelante, fueron unos largos 12 minutos donde la zozobra nos ponía a hacer chistes estúpidos para pilotear el estrés​. Cuando de pronto se encienden las luces y suena la voz de Jules… Ahí perdimos la cordura (en especial su servidor, quién escribe éste articulo a nombre de Tamati) el aire faltaba, los ojos se inundaban, por fin pasaba, todo el tiempo esperando ésto se había acabado ¡Y estaba a punto de ocurrir en Bogotá!

Abrieron con The Modern Age, como varios ya habíamos anticipado con lineups probables que armábamos (fue muy bello encontrar gente tan o más aficionada que uno a ellos). Ahí llegaron las

primeras lágrimas, pero de alegría y esas si que son las mejores.

El concierto continuaba y cómo es usual, cada uno estaba en su puesto, The Strokes no es una banda que corra por el escenario o tenga mucho contacto con el público, eso los fans lo sabemos, especialmente quiénes ya los han visto en otras partes. Por ejemplo una amiga mía, que conocí por éste amor a estos manes tan grande, en donde ella claramente gana, pues se fue a Argentina sólo con el propósito de verlos y luego su novio (el mejor regalo que he escuchado) la invitó al Governors del año pasado; me dijo que quedó súper feliz con el show que se mandaron, si ella quedó feliz, se imaginarán cómo quedamos quienes no los habíamos visto juntos, de pronto sólo a Julian o a Albert.

Pero volviendo al concierto, la siguiente canción fue Soma. Un himno a esas relaciones interpersonales raras. Simplemente perfecta, a pesar de la altura, a la que el mismo Casablancas dijo verse afectado, no se quedó corto en el coro o en cualquiera de las partes de ésta bella canción incluida en su álbum debut.

El concierto siguió con Drag Queen (de su último EP Future Present Past) y luego con Someday, si

aún habían algunos con sentido de orientación o sensatez alguna, ahí se perdió completamente. El piso saltaba a ritmo que nosotros y al bajo de Nikolai, quién no paraba de saludarnos y se notaba feliz del público tan bello que hubo esa madrugada.

Ahora era el turno era para 12:51 de su Room on Fire, por escasos minutos estuvimos a la misma hora de la canción, aunque ya estábamos en una fiesta entera. Luego vendría Reptilia, Is This It y Threat Of Joy (personal favorita del FPP) ahí fue el segundo pico de alegría, con todos alrededor coreando hasta la parte hablada del inicio de la canción, mágico.

Luego vendría Automatic Stop y lo más genial para éste corresponsal: Trying Your Luck. Escuchar ese sólo de Albert (de los pocos que hace) fue hermoso, es la canción favorita de la banda y de quién escribe ésto también​. Fue el mejor momento del concierto (para mí), se nota que aman tocar esa canción, que los sigue moviendo luego de tantos años, sin palabras.

Pasaríamos por New York City Cops (aunque varios canatáramos Bogotá City Cops), por Electricityscape y por Alone Together, canciones poco comunes en sus setlists y luego por Last Nite. Ahí si ya de por sí íbamos embaladísimos con la energía tan especial que emanaba del escenario, con esto caímos en sus manos, se notó con el rift inicial y nuestra reacción, cantando a grito herido y saltando como si no hubiéramos estado más de 8 horas parados esperándolos​.

Y ahora el regalo de ellos para nosotros: por primera vez se tocaba en vivo 80’s Comedown Machine, canción incluida en el último larga duración y que le da el título. Fabrizio acá llevó la batuta para transportarnos y calmarnos un poco la emoción de lo que ya llevábamos, perfecto para la noche fría que ya se sentía a esa hora.

Finalmente, Nikolai, Nick, Albert, Fabs y Jules cerrarían con Heart In a Cage y con Hard to Explain; así se despedirían de una ciudad que los había esperado tanto tiempo, de un festival que los había intentado bookear tantas veces sin poderlo conseguir, hasta por fin lograrlo, aprovechando las buenas experiencias de Casablancas y Hammond acá en Bogotá, quiénes hicieron que los cinco se quedaran en la ciudad una semana antes del concierto. A todos los que hicieron esto posible, muchísimas gracias. Jamás olvidaremos esto y para varios de nosotros es el mejor concierto en el que hemos estado.

Guys, you’re welcome to come back whenever you want.